Yo
necesito un director para mi orquesta, alguien que sepa llevar a mis músicos,
que sepa quién está tocando a tempo y
quién no, o incluso quién debería afinar mejor su instrumento. Ese director
debería ser el encargado de guiar a mis músicos, de crear una conciencia de
grupo, el buen rollo y la complicidad necesarios para que la orquesta o la
banda suene como debería.
Como
suena esta banda, por ejemplo, La Sociedad Musical Instructiva Santa Cecilia de
Cullera, en el Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia,
interpretando la Sinfonía nº4, El Coloso,
de Ferrer Ferran.
El
director es el guía, el alma mater del conjunto instrumental. Habitualmente, rodeado
por sus músicos, aunque otras muchas veces solo, pues tras esas actuaciones
magistrales que vemos en los conciertos hay mucho trabajo previo estudiando las
obras que se van a interpretar, haciendo arreglos, probando las mejores
combinaciones… INVESTIGANDO, en el fondo.
Así
pues, el director y el investigador tienen ciertas semejanzas. En primer lugar,
ambos son habitualmente personas despiertas y que se desenvuelven bien “en
sociedad”, ya que tanto el director como el investigador necesitan saber llevar
al equipo que les rodea para que todo funcione correctamente. Y del mismo modo
que el director guía a sus músicos para que cada pieza suene como debe, el
investigador guía a su equipo o a las personas que colaboran en la
investigación para que los resultados sean buenos y aprovechables.
Del
mismo modo, detrás de los resultados de ambos hay horas de estudio y trabajo,
de noches en vela preparando encuestas o haciendo arreglos… El trabajo previo y el
que realizan durante el proceso, hasta que llega el día de presentar los
resultados de la investigación o el día del concierto, es enorme y muchas veces
no se reconoce.
El
director lleva el compás para todos, da la entrada a cada instrumento, marca la
intensidad (piano, forte, pianissimo,
etc.)… Y el investigador concierta entrevistas, realiza encuestas, debates
y diferentes pruebas para guiar la investigación del mismo modo que el director
guía a su banda.
Algunos
ven en el investigador una diferencia sustancial con el director: la soledad. Suele
verse al investigador como alguien solitario en su labor. En este ámbito,
aunque no acabo de estar de acuerdo con la soledad del investigador, podríamos
compararlo con el solista del conjunto musical, en vez de hacerlo con su
director. El solista es quien afronta los pasajes más complicados, pero también
los más bellos, sin ayuda del resto del conjunto, o con una ayuda de fondo. Los
que ven al investigador como alguien solitario ven pues la parte negativa de la
investigación, la de falta de colaboración, la de falta de medios… Sin embargo,
a pesar de estos obstáculos que sí existen, el investigador sí que es como el
solista: realiza una labor compleja, pero infinitamente bella.
Grabación del acto de clausura de la I
Convención Flautistas Españoles en Abril 2010. En acción la O.F.M. (Orquesta de Flautas de
Madrid), bajo la dirección de su titular Salvador Espasa. Solista
invitado José Oliver Bisbal, piccolo de la ONE. Movimientos II y III del Concierto en Do Mayor para flauta y cuerdas de Antonio Vivaldi, arreglados para
orquesta de flautas por Ángel Rodríguez. Escenario del Real Conservatorio
Superior de Música de Madrid.
Y aquí os dejo un enlace a un post del blog de
raulboogie: “Da capo… ¡Presto!”
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